viernes, 15 de octubre de 2010

Momento

El pequeño pajarito paso volando al lado mío. Ahí quieto, entre esas manchas fucsias y blancas, con esos ojos vivarachos y esa paz. Los gatitos. Suavemente tirados, alrededor de su casa, con ese techo de débil plástico y la comida. Uno, dos, tres... seis. Hasta seis. Repartidos, en grupos, pardos, negros, cubriendo la verde ladera de casa al mar.

El sol cae lentamente, la sombra se va extendiendo poco a poco por la ciudad. La cima de las palmeras se ennegrecen, se mueven agitadas, gritan. Y las banderas ondeantes, en pequeños puntos, mueven sus vivos colores reclamando lo que es suyo, o así sueñan. Esos barcos que estaban lejos, en el ancho mar, entran a puerto, poco a poco, acompañados, buscando refugio.

Y los veleros. Esas pequeñas velas y barcos moviéndose al compás del inmenso mar que los guía, surcando la libertad que les da y la paz. Esa calma de un ser tranquilo, alguien que hoy tuvo un buen día y no nos golpea con su furia. Los windsurfistas surcan la costa, intentando mantenerse en pie, moviéndose libres.

Los coches y la gente. Pequeñas hormiguitas que callejean en la más absoluta independencia. Solos por las callejuelas, solos por las grandes avenidas y autopistas. Y se paran. Todos como en un momento. Todos guiados por una mano que los detiene, para que el sol se vaya a descansar, hasta otro día en el que nos alumbre.

El mundo se para, se detiene, solo queda lugar para nuestros pensamientos, nuestros sueños y para el amor. Para el que nos da, para el que le damos, para el que deberíamos dar. Todo inmóvil mientras una joven tórtola, tranquila y rodeada de actividad humana, le despide alegre. Mañana será otro día, pero todo seguirá estando ahí, en nuestro interior.

jueves, 14 de octubre de 2010

Huelga francesa

Entrada muy breve. Solo quiero decir unas pocas palabras. ¡Olé! ¡Olé! ¡Olé! Los franceses se han propuesto parar la reforma que los hará trabajar durante dos años más (la edad de jubilación) y ahí están dando la cara ahora, antes de que se apruebe. Ya podríamos haber aprendido los españoles y no hacer la huelga con meses de retraso. Fin.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Twitter

Estaba yo en Twitter, o Tuiter si lo españolizamos, diciendo que era hora de poner al pobre bloguito al día, que últimamente no le he podido prestar mucha atención. Así que tocaba plantearse algún tema y... ¡tachán! ¡Tuiter! Ese pajarito azulín que hace poco se dio un lavado de imagen que puede que no haya llegado aun a todos.

Pues sí, a esos 140 caracteres que todos hemos llegado a odiar le voy a regalar esta entrada. ¿Por qué? Porque Tuiter puede ser el desahogo que nunca tuviste. Como dijo una vez alguien una vez llamado lapitufina_ "twitter es la versión 2.0 del muro de los lamentos". Porque a ver, pongámonos en situación, el día anterior a un examen por la noche. Estás nervioso, porque o no has estudiado o dudas si te lo sabes, ¿y qué haces? Vas a Twitter.

Opción 1, te quejas, gritas, pataleas y te enfadas porque no te sabes nada, vas a suspender y deberías haber estudiado antes. Además, dirás que la próxima vez no te pasará, pero vuelves a lo mismo. Opción 2, la búsqueda de los expertos. "¿Hay algún filólogo hispano/inglés que...?" "¿Algún artista que me ayude con Van Gogh?" A veces hay suerte, otras no. Opción 3, empiezas a contarle a todo el mundo lo que tenías que estudiar. A ellos no les interesa una mierda la República de Weimar, pero tú se lo vas a contar como si fuera la última noticia.

Pues eso, Tuiter es ese que está para ti, a no ser que la Ballena se ponga celosa, cuando lo necesitas. Eso sí, que conste, lugar más divertido para averiguar locuras (¿¡Yoshi era mujer!?), spoilear de series (les digo yo que no hace falta que vea Glee que ya me lo han contado) o para criticar y ponerte al día sobre cualquier cosa (¿Recuerdan el Matrimonio Gay en Argentina?).

Pues para Twitter o Tuiter en sí y para todos los tuiteros, entre los que está alguien que pronto llegará a 100.000, que hemos hecho de Tuiter un lugar más bonito para vivir (?) está entradita. Sean buenos y tuiteen mucho.