Yo suelo quedarme esperándola. Unos días, me voy a Argentina, con amigos, pareja y esas cosas. Otras veces me doy un saltito a Canarias, al mar y el monte, a la playa y los barrancos. Suelo tomarme un helado cuando voy. También hay veces en las que vuelvo al pasado de visita. Vuelvo a ser inocente y feliz, con ganas de jugar y no hacer más. Cuando voy al futuro es más divertido. Puedo inventarme nuevos modelos de coches, y ritmos de vida o trabajo, aunque mantengo el melocotonero. Hay inventos, diseño, trabajos apasionantes.
Por la noche nos volvemos a encontrar. Ella cree que hace la parte importante, que trae el pan a casa, esas cosas. Yo la miro con cariño, la quiero. Pero no tiene razón. Ella existe, pero sólo gracias a mí vive. Algún día se dará cuenta, yo seguiré estando aquí cada noche esperando ese momento.