lunes, 5 de abril de 2010

Semana Santa

Hace unos cuantos días ya que no actualizo. Estamos en Semana Santa y hay vacaciones, para mí dos semana para ser exacta, y mi hermana vino de Madrid a visitarnos. Esta madrugada coge un vuelo que la devolverá a su vida cotidiana y, de cierta manera, yo cogeré uno de vuelta a la mía. Han sido siete días los que ella ha pasado aquí, una semana justa, pero no de Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección, sino de martes a martes, días normales y corrientes, creo.

Han cambiado muchas cosas durante esta semana. Para empezar, era casi una tradición ser nosotros los que fuésemos a Madrid. Esta vez no ha sido así, obviamente. Segundo, de normal yo peleo con mi hermana y mi madre por las cosas más estúpidas cuando estamos todos juntos. Tampoco fue así, he hecho todo lo que me han pedido y ya está, sin cismas familiares. Tercero, no he visto nada, absolutamente, nada de procesiones o actos religiosos, ni en la televisión ni en las calles, y eso me gusta. Ha sido una semana muy pacífica y relajante, en este sentido.

Sí. Esta semana que los religiosos, y otros no tan religiosos, toman para reflexionar, a mí me ha servido para aprender a convivir con la familia y a darme cuenta de que soy atea, y soy feliz siéndolo. Sin remordimientos ni culpas ni nada. Jesús, cenaste, moriste, resucitaste y subiste al cielo, ¿pero sabes qué? Me da igual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario