domingo, 13 de junio de 2010

A Federico García Lorca

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federo.
-sangre en la frente y plomo en las entrañas-.
Que fue en Granada el crimen
sabed - ¡pobre Granada!-, en su Granada...

Antonio Machado

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