viernes, 4 de septiembre de 2009

¿Ni feliz ni triste?

Hace ya una semana que empecé el colegio y mi rehabilitación. Desería estar alegre porque el fin de semana ya está aquí o porque, después de más de dos meses, he vuelto a ver a mis amigos. Sin embargo, y aunque reconozco me duele pensarlo, no es así. No estoy alegre, no soy feliz. Pero, sin embargo, aunque no tenga ese sentimiento en mí, no estoy triste.

Vuelvo a pasar el rato con mis dos mejores amigos, en parte porque no salgo de la clase en los recreos, así que me río muchísimo con ellos. Volví a estar con el resto de mis amigos, aunque no mucho tiempo, solo de vez en cuando. Me gusta estar con ellos, no me cuesta. Me siento... como si no hubiese en el mundo nada mala. Simplemente me alegra verles la cara, deleitarme con sus interesantes vacaciones y criticar a los profesores con ellos. No sé que me está pasando, no tengo ni la más remota idea. Estoy centrada en las clases, presto atención, me esfuerzo para no perderme nada, hasta estoy hablando con las personas a las que usualmente solo insultaba. Mantengo el contacto, al menos en general, con la gnte que conocí en Lowestoft. Pero no solo con ellos, sino con los que conozco de fuera del cole, de otros viajes, de internet o que se han marchado.

Como ya he dicho, no estoy ni feliz ni triste. Estoy confundida, sin saber que pensar, sin saber que escribir, sin saber como expresarme. No sé nada. Pero me apetece volver a caminar, volver a salir con mis amigos, hacer el tonto por las calles, vagabundear por ahí... no he nacido para estar encerrada en una casa. Quiero caminar, es una necesidad. Volver a visitar mis lugares favoritos y conocer algunos nuevos. Hasta que no pueda, y por muchos amigos que tenga, y bien que me vaya en la escuela, no me sentiré bien. Me da igual estar sola, quiero volver a ser yo.

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