jueves, 15 de octubre de 2009

Soledad

El otro día publiqué la que puede haber sido mi entrada más rara hasta la fecha: "Amicus". No sé si lo saben, pero significa amigo. Este era probablemente ese tema complicado, ese del cual yo quería hablar, del que no sabía como hacerlo. Supongo que les parecerá un estupidez absoluta: pones un par de frases bonitas, dices lo mucho que les quieres, que estarán siempre juntos, y a otra cosa mariposa.

No. Para mí eso no basta. Sería quitarle un grandísimo valor a todas esas personas a las que llamo "amigos". He tenido amigos a los que he perdido, otros siguen conmigo, otros nunca llegaron a serlo, algunos están empezando. Sé que ninguno de ellos lee este blog, porque no he hablado con nadie acerca de mi "proyecto informático". Pero eso no es razón para no hablar de ellos, ni muchos menos, como no se lo merecen.

Amigos a los que he perdido. Las personas cambiamos de colegio, perdemos amigos. Evolucionamos interiormente, perdemos amigos. Nos peleamos, perdemos amigos. ¿Por qué? Porque no creo que no fueron verdad. Porque te llevaste genial con ellos, pero no fue cierto. Había interés, esperabas algo o lo eran por conveniencia. Al menos, así fue conmigo. Cambié, evolucioné, fui capaz de no necesitar a alguien todo el rato, perdí amigos en ese cambio.

Los que siguen conmigo, los que nunca lo estuvieron. Estos son del colegio, como no... algunas personas, con las que llevo desde infantil. Simplemente conectas, pero tanto tanto que por mucho tiempo que pase, siguen igual. Con otros no es así... pasan a ser del primer grupo. Te llevabas bien, uno de los dos cambió y fue tanto que nunca más volvieron a ser amigos.

Los que están empezando. Este es mi grupo favorito. Esas personas, a las que estas conociendo, de las que desconocen muchísimo. Aunque a lo mejor las conoces desde hace un par de semanas o meses, se convierten en personas de tu vida. Les vas conociendo. Es lo que más me gusta... esa aventura de lanzarte al abismo por conocer a alguien, sin amor por medio.

Pero, a todos ellos, a todos, incluso a los que no llegaron nunca a serlo, hay que agradecerles el que están ahí. Si les conoces es por algo. Ya fuesen compañeros o vecinos, estén en tu escuela o se estén conociendo, todos influyen en uno. Importantes, sí. Mas no debemos olvidar algo, nosotros decidimos como nos influyen. Hoy, a los que me importan, sobretodo a los nuevos, quiero decirles algo: me gusta como son, no quiero que cambien. Y si lo hacen, que nos llevemos incluso mejor, que sean mejores personas, que me hagan estar más orgullosa incluso de considerarles amigos míos. ¡Les quiero!

No hay comentarios:

Publicar un comentario