Hace un par de meses ya, sentí algo que no había experimentado antes, ni he vuelto a sentir. Durante unos segundos, no sentí. Simplemente, no pensaba, no procesaba lo que escuchaba, no podía hablar… fui una estatua con ojos, inmóvil y viendo cosas, pero un instante después ya había olvidado todo. Fue una sensación muy corta, mas sin embargo, no la puedo apartar de mi cabeza.
No paso por el mejor momento de mi vida. Tengo problemas en casa, con los amigos más o menos, hecha un lío en el amor, desconcentrada en el colegio… no me siento yo. Cuando me levanto por las mañanas y me miro al espejo, intento pensar que las cosas van a ir mejor, que alguien me dará un abrazo o me dirá unas bonitas palabras, que algo conseguirá arrancarme una sonrisa de la cara. Hay una frase que dice: “la esperanza es lo último que se pierde”. Hoy eso es todo lo que tengo: esperanza. Esperanza de las cosas puedan cambiar y yo deje de ser lo que los demás quieren, para querer ser quién soy.
Momentos difíciles. Siempre suelen decir dos cosas: esa etapa es la mejor vida; esa etapa es la más complicada. Difícil, muy difícil poder llegar a un equilibrio entre ambas, muchas veces tira para los problemas. Y ahí es cuando todos los factores se centran para eliminar ese problema.
ResponderEliminarEsperanza, bonita palabra, bonito significado. Es el comienzo de que todo lo malo se vuelva bueno. Puedo y voy a aportar mi granito de arena para aunque sea, poder llegar al equilibrio intentando sacar una sonrisa con mis boberias o simplemente con un abrazo. Y en cuanto a la esperanza, tenla siempre siempre presente.
¡Animo, y a pintarse la cara color esperanza!