La idea de este proyecto era intentar ver como reaccionaba al paso de los días sin productos cárnicos en mi vida, como podía cambiar mi ánimo o actitud, o si quizá cambiaría mi manera de ver las cosas. Creo que mi idea antes de comenzar y al terminar ha variado. Cuando empecé, pensé que me costaría llevarlo a cabo porque era salir de la rutina y que aprendería que se puede vivir sin carne si uno quiere y no pasa nada. Ahora me doy cuenta de lo equivocada que estaba.
El primer día fue divertido, era un reto. En el segundo caí. Cuando vuelves a ver el mismo mísero bocadillo de queso que el día anterior se van un poco las ganas. El miércoles y el jueves no fueron nada, no pensé en ello, era como mi nueva rutina. Pero llegó el fin de semana. Casi caigo. Con hambre, delante de tiendas, McDonald's y gente comiendo carne, es muy complicado aguantarse. No sé como lo hice.
Con respecto a mi humor, ha cambiado mucho. Más de una vez me he dado de que he sido insoportable, yo sola me di cuenta. La paciencia que han tenido todos y todas, aguantándome en los momentos más débiles es increíble. También me ha costado mucho más rendir en el colegio, no sé por qué, pero las cosas me han costado mucho más que de costumbre. Soy un animal omnívoro, porque sí, me considero parte del reino animal. Como tal, no voy a renunciar a la carne, quizá no quiera porque está en mi naturaleza.
¡Vamos! Como dices, tan solo te quedan unas horitas, y a partir de las doce te puedes preparar un pedazo de bocadillo de jamón y queso que te va a parecer que es el mejor bocadillo que te has hecho en tu vida jajaja.
ResponderEliminarY si quieres repetir, adelante (siempre queda la opción tambien de comer el jamón solo).
Yo sinceramente, no me veo capaz de hacerlo, aunque todo es cuestión de ponerse y tener fuerza de voluntad ante las tentaciones. Cuestión de probar...y seguramente también me daré cuenta de la dependencia que tenemos y de la presión que nos puede llegar a hacer la sociedad.
¡Semana sin carne-superada!